Hay secretos que pesan, otros que hacen reír, y algunos que terminan saliendo a la luz aunque nadie lo espere. El Secreto, la comedia de Eric Assous que llega por primera vez a Buenos Aires bajo la dirección de Manuel González Gil, mezcla humor, intriga y esas verdades incómodas que preferimos guardar bajo llave.
Con un elenco de lujo —Gerardo Romano, Ana María Picchio, Rodrigo Noya y Gabriela Sari—, la obra se adentra en esas verdades que todos preferimos mantener guardadas, mezclando humor e intriga de manera irresistible.
En esta entrevista, Romano, que vuelve a la comedia tras más de veinte años de unipersonales, nos cuenta cómo se viven los secretos, el trabajo en equipo y el placer de hacer reír justo cuando más lo necesitamos.
—¿Qué nos viene a contar El secreto? ¿Qué podés adelantar de esta historia que mezcla humor, intriga y verdades incómodas?
—¡Qué difícil! Convivimos con secretos y, a veces, nos hace mal la sola circunstancia de que exista, de que lo hayamos mantenido o ayudado a mantener en reserva. Creemos que no nos haría bien, o que no le haríamos bien a algunas personas, si lo reveláramos. En la obra, es una situación familiar en la que uno de los miembros se ve en la circunstancia de revelar ese secreto, y esto hace que todos, como en una avalancha, vayan empujándose unos a otros los acontecimientos, hasta terminar revelando lo que todos queremos ocultar. Está puesto el acento en el humor. Yo me divierto ensayándola. Cuando no salen las cosas me amargo, pero en un ensayo normal ya me divierto.
—Volvés a la comedia con esta propuesta. ¿Qué fue lo que más te atrajo para dar el “sí”?
—Una de las razones fue Ana María Picchio, por quien siento un cariño entrañable. Otra es que hice muchos unipersonales, más de veinte años, que son muy rendidores porque todos los aplausos son para vos. Lo que decidís y lo que no decidís, lo decidís vos. Pero también está la posibilidad de trabajar con otros actores e integrar un elenco, algo que se vuelve más necesario cuando has recorrido tanto camino en soledad como yo.
“Convivimos con secretos y, a veces, nos hace mal la sola circunstancia de que exista.”
Gerardo Romano
—¿Cómo estás viviendo los ensayos y el trabajo en equipo?
—Trabajar con otros es una bendición… siempre que el otro responda a nuestras expectativas. También puede ser un lugar de odio el escenario, ¿no? Pero, bueno… bendita la hora en que te subiste y bendita la hora en que te bajes.
Por supuesto que son todas mieles. Ayer, por ejemplo, me sentí el mejor del mundo: hicimos un ensayo que salió copado. Otro día, salió todo mal. Pero bueno… como la vida, tal cual.
—¿Cómo es trabajar bajo la dirección de Manuel González Gil?
—A mí Manuel me contiene. Es un tipo muy afable, de buen ánimo, respetuoso, con autoridad y con muchos logros en su bagaje. Y esto lo hace ducho. Cuando tenés mi edad y mi experiencia, estar con un director que sabe lo que quiere y que se siente seguro es tranquilizador.
“Cuando tenés mi edad y mi experiencia, estar con un director que sabe lo que quiere es tranquilizador.”
Gerardo Romano sobre la dirección de Manuel González Gil
—¿En pocas palabras, qué creés que va a resonar en el espectador cuando salga de la sala?
—Reírse, pasarlo bien. Tocar temas importantes sin tapujos, sin caretear.
—¿Por qué el público no se puede perder El secreto?
—Porque va a ser un buen trabajo actoral, con una buena dirección, y la comedia está muy bien escrita. Es muy graciosa, muy graciosa. Me da muchas ganas, en este momento de la sociedad argentina, subirme a un teatro de la calle Corrientes y hacer que la gente se ría. Porque me estoy riendo yo, así que, seguramente, si yo disfruto, el público va a pasar también por ahí.
Con el humor como hilo conductor y un elenco que se entrega por completo, El Secreto promete ser una de esas comedias que no solo entretienen, sino que también invitan a mirar de reojo nuestras propias verdades.
Gerardo Romano lo resume simple: si él se ríe, el público también lo hará. En ese pacto silencioso entre escenario y platea está la magia que nos recuerda por qué vale la pena ir al teatro.
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En El Walkman creemos que el teatro también es un modo de decir lo que callamos, de reírnos de lo que pesa y de reconocernos en los pliegues de lo cotidiano. El Secreto abre esa puerta con humor y verdad. Si te gusta acompañar estas historias, suscribite a la revista. Y si querés, invitanos un cafecito: cada gesto suma para que sigamos contando lo que pasa arriba —y detrás— del escenario.
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