Mónica Salvador en «Hay que darle el gusto a mamá» la obra que desafía los mandatos familiares

«Una madre que elige cómo morir, habilita a sus hijas a elegir cómo vivir”. Con esta frase, Pata Liberati, escritora y psicóloga resume la esencia de «Hay que darle el gusto a Mamá», obra que llegó al Teatro Victoria de Mar del Plata luego de una gran temporada en Buenos Aires.

Todos los lunes a las 22 hs la obra invita a dejarse llevar por un viaje a través del humor y la reflexión. Con Mónica Salvador como protagonista y autora. Junto con un elenco de lujo conformado por Judith Gabbani, Eduardo Solá y Carlos Kaspar.

¿Qué sucede cuando una madre decide revelar un secreto que cambia todo? En esta historia Mónica nos presenta una obra que explora la relación entre madres e hijas, con un toque de humor y una reflexión profunda sobre la vida y la muerte.

Por todo esto en revista El Walkman hablamos en exclusiva con su autora para que nos cuente más detalles de esta emocionante historia que llego a suelo Marplatense.



La inspiración detrás de la obra

-Surge hace bastante tiempo, 10 años pasaron desde que la escribí en una temporada en Mar del Plata, estaba trabajando en otro proyecto, “Como Tener Sexo Siempre con la Misma Persona”, una obra de humor, y también otra sobre de violencia de género, entonces en los tiempos que no tienen teatro me gusta escribir.

Me surgió esta idea de crear algo de humor con evocación a algunas cosas de mi madre, que incluye a todas las madres, por supuesto. Con una exageración y grotesco en cuanto a los vínculos y los mandatos.

Esos mandatos familiares, y cuantas cosas hacemos por darle el gusto a nuestros padres, cuantas después al crecer ya en la adolescencia uno empieza a revelarse.

Y decir “A ver para, para, esto te gusta a vos, pero no a mí” y ahí empiezan los inconvenientes, entonces cuantas cosas hacemos quienes son más sumisos y en que momento de la vida nos damos vuelta y decimos “no para no es lo que yo quiero”.

Aunque los padres tengan la mejor intensión, sea la madre, o el padre, es lo mejor visto desde sus propias vidas y desde sus propias frustraciones, no siempre tiene porque coincidir con lo que les pasa a los hijos, y ahí viene esta contradicción, ¿Qué hacemos los mandatos? y el humor fluye.

Fluye como una forma de comunicación, a veces de las cosas más terribles, nos reímos, de ese y de otros tipos de mandatos de la sociedad, los mandatos hegemónicos, de belleza hegemónica, de que hay que hacerse cirugía, de que hay que operarse para ser lindo. 

Eduardo Solá en escena – imagen cortesía de Ayelen Ventrice prensa

La relación madre-hija bajo la lupa

Esta es una madre que hace Eduardo Solá, un transformista maravilloso del grupo Caviar, muy talentoso, hace una madre muy narcisista, muy egocéntrica, que fue estrella de cine nacional e internacional.

Tiene dos hijas, una que es hermosa interpretada por Judith Gabbani, talentosa, actriz, famosa, que le da el gusto en todo a su madre. Y la otra que es la autora -risas- Mónica Salvador, que es la hippie, la que dice todo que no. Entonces es muy gracioso donde están los valores. Y después está Carlos Kaspar que hace un mayordomo que acompaña durante toda la vida a estas mujeres, sobre todo a esta mujer imponente.

Hasta que en un momento la obra va a traer un acontecimiento, mamá nos invita a una casa en la montaña para contarnos una noticia que, sin spoilear, tiene que ver con una noticia que escuche en mi adolescencia de mi madre, entonces lo volqué, lo volqué en un texto, como una historia grotesca donde en un momento hace un giro hacia una realidad conmovedora que muchas veces nos da vuelta los deseos.

Y nos invita a reflexionar quienes somos antes y después de nuestros padres, de nuestras madres y de esos mandatos.


-Así es, sin caer en golpes bajos, en palabrotas, en groserías. La gente eso lo agradece mucho, porque ya se ha generado una especie de forma en la dialéctica teatral, como manifestación de forma de expresarse, donde hay que ir al recurso de la mala palabra para ir a reírse, o la grosería, o el reírnos de los otros o del público. Es un humor en el que me hallo, no me gusta para mí cuando voy de espectadora, aunque puedo a llegar a reírme, Me gusta trabajar otro tipo de humor.

Con el personaje de la sexóloga Anette Poche, en “Como tener sexo siempre con la misma persona”, en ese espectáculo hablo una hora de sexo y no digo una sola mala palabra ni una grosería, y la gente se mata de la risa. No hace falta caer ni en golpes bajos ni en groserías o cosas burdas.

Por eso es que se agradece ese estilo, porque nos gusta a todos y se puede ver con todo tipo de público, hoy me preguntaba una mujer ¿Puedo ir con mi nena de 9 años? ¡Si por supuesto! ¡Es absolutamente familiar el espectáculo! muy gracioso, estas dos hijas grandotas ya y que por momentos se transforman en niñas con esa madre -risas- 


Judith Gabbani, Eduardo Solá y Mónica Salvador – imagen cortesía de Ayelen Ventrice prensa

-“Fue creciendo como la levadura” digo yo “como el pan”, cada lunes es un poco más, esta es la verdadera respuesta, es el famoso boca a boca. Y es la mejor respuesta.

Tuvimos un estreno modesto en público pero cuando va creciendo es exponencial, me paso también con otra obra en Carlos Paz, que pasó enero y febrero fue tremendo, así que bueno, nos quedan los 3 lunes de febrero, y si sigue lo exponencial vamos a cerrar con un hermoso mes en la sala.


-Te vas a reír si te cuento, cuando la escribí hace 10 años, la pensé para Irma Roy para hacerlo con ella y Carolina Papaleo, que todo el publico conocía que tiene una sola hija, entonces el personaje jugaba con esto de que a la otra hija la había escondido, por que no le gustaba, porque era fea y porque la hacia grande, ya que la había tenido de joven.

Entonces estaba ese juego entre la realidad y la ficción, solamente conocían a Irma Roy y Carolina Papaleo, la otra la escondió. Me gustaba que tuviera algo de realidad. A Irma le encanto el libro, pero Carolina tenía otra posibilidad laboral con lo cual no se pudo hacer.

Me quedo ahí como quien dice “cajoneada” la obra, y no la volví a sacar. Y ahora tenía ganas de hacer algo de humor, fui a ver una obra de casualidad que eran dos hermanas y dije “Ay yo tengo una obra cajoneada”.

La desempolvé y le propuse a Judith Gabbani que veníamos trabajar juntas haciendo la obra “(Des)Hechas de Amor”, y ahí un amigo nuestro nos dice “¿Por qué no le dicen a Eduardo Solá? y me partió la cabeza, me pareció una idea fantástica.

Así que lo fui a ver al teatro, y les di el libro a los dos actualizado. Y ahí lo convocó también a Carlos Kaspar que lo conozco hace muchos años, pero nunca habíamos trabajado juntos. Y bueno le gustó, se entusiasmó y se sumó al proyecto, así fue armado.

Después buscamos al mayordomo que en Buenos Aires lo hizo Manuel Bello un actor que no podía viajar a Mar del Plata, y bueno, ahí dijo Carlos Kaspar “Me subo yo” y vino a hacer su primera temporada marplatense.

Es un equipo muy amoroso, la pasamos muy bien, y estamos trabajando y esforzándonos mucho. La verdad es que ir y venir es un desgaste, lo sentimos todos, la rutina de viajar semanalmente se hace intensa, pero cuando llegamos somos tan felices que todo lo vale. 


De izquierda a derecha Judith Gabbani, Eduardo Solá, Carlos Kaspar y Mónica Salvador en escena – imagen cortesía de Ayelen Ventrice prensa

Una obra diferente, porque todos me preguntan: “¿Cómo se te ocurrió escribir eso?”, y yo les digo: “porque es la vida misma”. Así que va a ver una obra diferente, hay algo extraño en lo que surgió, como cada cosa que escribo, mis títulos dicen bastante.

Mis títulos suelen contar la obra, son títulos con historia, y se van a sentir identificados, de eso no tengo dudas.

Hoy una señora me decía “Si me voy a emocionar no. Porque mi mamá murió hace unos años y no quiero” y le digo: “Mira, la vas a recordar de la mejor manera y hasta perdonar algunas cuestiones que en otras generaciones eran mandatos muy fuertes” entonces nos terminamos riendo de eso.

Así que se van a encontrar con una obra con ternura, con humor y con ganas de visitar a mamá, ya sea con una flor en algún lugar, o visitarla, como puso literalmente mucha gente en las redes: “Al otro día me fui a ver a mi mamá”. 


-En el ámbito televisivo a partir del 5 de febrero, los miércoles en el programa “Estamos en una” conducido por Gabriel Corrado en la TV Pública estaré haciendo bloques de micro-humor, con el personaje de Anette Poche que es una sexóloga de “Como tener sexo todos días con la misma persona”.

Además, los jueves y viernes voy a estar en una obra llamada “Sorpresas que da la noche” en micro teatro Y Los sábados de marzo vamos a estar en la Uocra que tiene una sala en caballito, todos los sábados. Así que tengo un marzo movido pero muy feliz.


Con «Hay que darle el gusto a Mamá», Mónica Salvador nos regala una obra que nos hace reír, reflexionar y conectarnos con nuestras propias historias.

No te pierdas la oportunidad de verla en el Teatro Victoria de Mar del Plata, todos los lunes a las 22 hs. Con entradas a la venta a través de Alternativa Teatral.


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