«Marcela contra la máquina» La nueva obra de Mariana Chaud nos interpela acerca del lugar que le damos a la IA en nuestras vidas.

Los sábados a las 22:30 en Nün Teatro Bar puede verse «Marcela contra la máquina» la obra escrita y dirigida por Mariana Chaud donde 2 actores – Ximena Banús y Nicolás Levin – y 1 dramaturga – Luciana Lifschitz – se juntan a ensayar. Su hija – Violeta Brener – llega y queda presa del ensayo y como es de esperar, critica todo lo que hacen. 

La obra que ensayan intenta contar los sueños de los personajes a través de una extraña hipótesis: los sueños se han deteriorado con el tiempo así como la imaginación también. Una hipótesis lleva a la otra y finalmente entablan una competencia contra la IA. 

Para conocer más acerca de la obra desde El Walkman charlamos con Mariana Chaud dramaturga y directora de la obra.


¿Cómo surgió la idea de la obra?

Surgió por distintos lados. En principio, por el lado de los sueños investigando por Sor Juana Inés de la Cruz y después me fui para otros lados. El primer sueño no es tan sobre los sueños entonces me terminé enganchando con Sor Juana. Investigué mucho sobre el tema pero no llegué a ningún lado.

Por otro lado, después, empecé a escribir sobre esa maestra con la amiga que bailan flamenco y en un momento empecé a probar algunos textos con la «IA» inteligencia artificial a pedirle que me escribiera y bueno me pareció bastante alucinante. Por otro lado me asustó muchísimo porque dije «bueno ¿qué se hace con esto?». Entonces le empecé a dar vueltas, a pensar cómo se usaría, cómo entraría esto en escena; me empezó a instalar un montón de pensamientos, de reflexiones. También sobre cómo funciona el cerebro hoy en día, cómo en este contexto de tanto dispositivo, la mente empieza a funcionar de otras maneras.

Entonces empecé a observar los sueños de vuelta y volvió ese tema pensando un poco cómo se hace para seguir conectando con ese lugar misterioso de más plenitud de la lectura, del sueño, de la naturaleza, por eso, hablaba de este contexto en este momento donde todo o la mayor parte de nuestros días pasa por la virtualidad, en si, de los vínculos. Había un montón de cuestiones que me disparaban del pensamiento y al proceso creativo. Y empecé a hablar sobre esto, a poner a dialogar, poner tensión a hablar estas voces; y bueno un poco el especio del ensayo me pareció que era bastante ideal para poner en juego todos estos temas. Que eso viene de varias juntas diferentes se van cruzando como una especie de «tejido dramatúrgico»

Hay equipo. La directora y el elenco retratados por la lente de Sebastián Freire. Cortesía Varas Otero

Durante las funciones la línea que separa el espacio escénico del público resulta difuso. Casi puede ser entendido como escenario sin convertir la puesta en una obra inmersiva. Al consultarle a Mariana sobre la toma de esta decisión de la puesta explicó: «Un poco es lo que es el espacio de Nün trae eso. Trae mucha intimidad, el público esta muy cerca, además el escenario queda entre la salida y el público. Entonces, esta peligrosamente cerca.

¿Cómo surgió el nombre de «Marcela contra la máquina?

-Bueno, en un momento de hecho en la carpeta en la computadora estaba «Primero sueño» que es el poema de Sor Juana, estuvo un rato así y después surgió ese título ya cuando parecía fuerte la idea de la inteligencia artificial y ahí lo cambie. «Marcela» me dicen algunos amigos y me auto percibo un poco Marcela. Así que quedó «Marcela contra la máquina».

¿Cómo viviste el proceso de ensayo?

Con muchísima felicidad. La verdad que es un grupo hermoso desde actores, actrices, algunos ya eran más amigos otros no los conocía tanto pero fue espectacular. Además, fue creciendo muchísimo y aportaron un montón en cuanto a dejar su marca porque cada uno lo hace carne el texto, lo lleva a sí mismo y le da su propia impronta y yo voy eligiendo y es como se dobla el rol. Creo que cambie el texto hasta una semana antes de estrenar y en un momento ya les pedía perdón siempre había alguito más porque algo de ese decir que como ellos tienen un decir bárbaro los cuatro, muy natural, muy cómodo, entonces bueno cada vez que faltaba algo que parecía una idea o que escuchaba más mi voz, decía «no, hay que cambiarlo otra vez». Así que no es por idealizar pero realmente es un grupo espectacular y también en este momento como muy todos unidos por el disfrute, por contar lo que queremos contar. Y en este caso creo que todos éramos muy conscientes de que era un privilegio estar trabajando todos juntos. Así la vivimos.


En escena. PH Sebastián Freire. Cortesía Varas Otero

¿Cómo vivís la respuesta del público con esta obra?

Bueno recién estamos arrancando hace poquito. Pero por ahora es muy buena, o sea estoy muy contenta. En general, la gente se ríe mucho o a veces no ríe tanto durante la función pero después conecta con la otra parte que es más como poética si se quiere o más filosófica y hay algo de lo que yo tenía miedo por ahí que fuera demasiado, que tuviera una marca generacional y la verdad que es mucho más sentido de lo que pensaba, esta bueno, entonces me gusta recibir devoluciones de gente más grande, más joven, de distintas edades.

Estamos muy contentos con la recepción y escuchando cosas que están buenísimas y que sigan disparando a pensar.

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