A veces, un pueblo puede ser una brújula que señala para todos lados a la vez. Vaca Vizca nace ahí, en un terreno donde la tierra tiembla, se abre y aun así la gente insiste en seguir viviendo. Desde la mirada del Colectivo La Crecida, con texto de Marcelo Iglesias y dirección de Marcela Rodríguez Blanco, la obra mezcla absurdo, humor y realismo mágico para preguntarse qué se quiebra y qué permanece cuando lo conocido deja de ser seguro.
Todos los domingos de noviembre a las 17 hs, en ÁREA 623 (Pasco 623, CABA), Vaca Vizca es una invitación a meterse de lleno en ese temblor común, a ser parte —aunque sea por un rato— de un pueblo que vibra entre lo que asciende y lo que se quiebra.
En escena, Edison Burnengo, Andrea Bechero, María Belén Chiesa, Manuel Di Yorio, Miguel Donayre, Sonia Farfalla, María de los Ángeles Gianotti, María Alejandra Pérez, Vanesa Rodríguez Sáenz y Facundo Windenguer dan vida a este pueblo donde conviven poderosos y soñadores, oportunistas y almas que cargan con la soledad, el miedo, el anhelo de pertenecer y esa necesidad urgente de comunidad que late bajo cada temblor.
Para saber de cómo nació esta historia y qué significa vivir en un pueblo que no deja de moverse, nos adentramos en el corazón de Vaca Vizca. Acá empieza el recorrido.
–¿Cómo surgió Vaca Vizca?
“Vaca Vizca” nace de la observación, de la crítica y también de la autocrítica; del deseo de mostrar situaciones y personajes que nos hablan en nuestro propio idioma, en los que nos reconocemos como sociedad aunque no siempre coincidamos con ellos y la mejor manera de darles vida era situarlos dentro de los límites de un pequeño pueblo y en una situación límite.
Como elenco, también surgimos de un mismo origen: un taller de montaje de la Escuela de Teatro Integral La Crecida, coordinado por Marcelo Iglesias (dramaturgia) y Marcela Rodríguez Blanco (dirección). En La Crecida, estos talleres implican construir personajes y situaciones al mismo tiempo que el texto se va escribiendo a partir de una idea y de un concepto previo.
El elenco de la obra es, de alguna forma, una comunidad en sí misma. ¿Cómo construyeron ese espacio colectivo sobre el escenario en donde ninguna voz queda tapada y cada personaje tiene su momento para brillar?
El trabajo de montaje lo construimos desde la idea de un espacio ficcional compartido: un pueblo de la pampa húmeda cuyos habitantes empiezan a atravesar fenómenos inesperados, absurdos y simbólicos—elevaciones, temblores, grietas. Cada uno de nuestros personajes reacciona a esa catástrofe según su historia, su posición y también sus expectativas y sueños, que no siempre coinciden con los de los demás.
Nos apoyamos en el absurdo y en el realismo mágico. Desde el humor y ciertas situaciones extravagantes, la obra habilita lecturas profundas sobre lo que nos pasa como sociedad. Este proyecto, que significa el regreso de La Crecida como colectivo teatral, lo encaramos con el objetivo de construir una mirada coral que muestre una realidad atravesada por temas que sostienen la obra: la soledad, el miedo, la empatía (o su ausencia), la pertenencia, la necesidad de comunidad y la resiliencia frente a lo inexplicable.
-¿Cómo vivieron el estreno?
El estreno lo vivimos con muchísima alegría. Para nosotros fue emocionante ver cómo un proceso de tantos meses cobraba vida frente al público por primera vez. También nos sorprendió la conexión inmediata del público con el código de humor y reflexión que proponemos. Sentimos que la energía del grupo se trasladó entera al escenario y que la sala respondió con una calidez enorme.
¿Cómo viven la respuesta del público?
La respuesta del público nos conmueve profundamente. Cada función confirma que la gente se identifica con estos personajes y con la forma en que enfrentan lo absurdo. El público se ríe, se sorprende, escucha, observa con atención y respeto, y después lo comparte y lo comenta en redes. El universo de Vaca Vizca genera cercanía, cierta familiaridad y abre conversaciones que siguen después de la sala.
¿Qué le dicen a quienes todavía no vinieron a ver la obra?
Les decimos que se acerquen a compartir esta experiencia colectiva, que vengan a conocer Vaca Vizca: una obra que mezcla humor, poesía y realismo mágico para hablar de nosotros mismos. Cada función es distinta y la energía del público es parte esencial del viaje.


“Vaca Vizca” se presenta los domingos a las 17 hs en ÁREA 623 -Pasco 623, CABA-. Y podés conseguir tus entradas acá.
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