Hay músicas que nacen en los bordes, donde las lenguas se cruzan y las emociones encuentran otra forma de decir. Desde ese territorio entre Uruguay, Brasil y Argentina, Mariana Lucía canta como quien tiende un puente entre raíces, afectos y paisajes. Su voz atraviesa idiomas y sensibilidades con la naturalidad de quien entiende que la identidad también puede ser movimiento.
En ese espíritu surge “Sirve para nada, não”, su nuevo disco: una obra que respira mezcla, libertad y ternura, donde cada canción se vuelve un gesto de regreso al origen.
Antes de su presentación en Buenos Aires —el 15 de noviembre a las 20:30 en Roseti (Gallo 764)—, conversamos con Mariana sobre el poder de habitar la frontera, la música como refugio y el arte de disfrutar el propio recorrido.
-Tu nuevo disco, “Sirve para nada, não”, tiene algo de bilingüe, de frontera y de juego entre lenguas. ¿Qué te llevó a habitar ese espacio intermedio entre el portugués y el español? ¿Hay algo emocional o identitario que necesitabas contar desde ambos idiomas?
-Nací en Brasil y mi proceso de escolarización fue en San Pablo y Rio de Janeiro pero mi familia de origen es uruguaya, y parte de ella es de la frontera de Uruguay. Mi madre nació en Salto y vivió en Tomás Gomensoro (Artigas). Mi bisabuela hablaba portuñol. Entonces sin duda, como decís, todos esos elementos identitarios están en ese disco y es algo que, no fue planificado, quiero contar. El título es bastante representativo de lo que se va a escuchar. La negación «não» además de estar en portugués, al final de la frase es muy característica de la oralidad.

-Este encuentro entre vos y Dama Asia se presenta como un “puente musical” entre Uruguay, Brasil y Argentina. ¿Qué representa para vos esa mezcla de raíces y cómo sentís que se refleja en este cruce de voces y universos
– Para mí representa la posibilidad de tener un encuentro sensible musical que sea combustible para la vida. Mis discos fueron editados por Los años Luz discos, sello argentino, mi compañero es argentino razón por la cual tengo familia allá y, Dama (Asia) es una artista que fusiona en la canción elementos que me encantan. Tiene algo del Príncipe… es como una Rita Lee porteña. Sus canciones tienen unas vueltas armónicas jugadas y sus letras juegan con los diversos sentidos posibles pero sin pretensiones intelectuales. Me encanta su vibra y me siento afín.
– Martín Buscaglia habla de tu obra como una mezcla entre reflexión profunda y liviandad melódica. ¿Cómo se logra sostener esa delicada armonía entre lo que pesa y lo que vuela en una canción?
-Ni idea (risas)… Martín es un poeta único… y me conoce bastante. Igualmente creo que la técnica Alexander, que es una de mis ocupaciones, ha colaborado mucho con esa capacidad de dialogar con la gravedad y los reflejos anti gravitatorios para que vuele la canción.
– Tanto vos como Dama Asia parecen crear desde un lugar de disfrute, sin responder a moldes ni exigencias. ¿Qué significa hoy para vos componer desde la libertad y compartir tu arte sin perder esa autenticidad?
–Significa honrar mi recorrido y reconocerme a los 48 años priorizando el disfrute. Es hermoso saber que llegar es una ilusión y todo es un continuum eterno con pelos (risas) que se irán cayendo.
Entre risas, melodías y pensamientos que viajan entre orillas, Mariana Lucía nos recuerda que hacer música también es construir puentes: entre lenguas, emociones y maneras de habitar el mundo. Su nuevo tema —ya disponible en Spotify— invita a escuchar con el corazón, a dejarse llevar por ese vaivén entre lo íntimo y lo colectivo.
Este 15 de noviembre a las 20:30 hs en Roseti (Gallo 764, CABA) , junto a Dama Asia, ambas artistas darán vida a un encuentro que promete cruzar corazones y fronteras, celebrando la libertad de crear sin moldes ni límites.
💛 Si disfrutás de estas historias que conectan, emocionan y laten al ritmo del arte independiente, te invitamos a suscribirte a Revista El Walkman y, si querés, invitarnos un cafecito ☕️ para que sigamos construyendo este espacio donde la música y las palabras siempre encuentran su voz.







Deja un comentario