Hoy regresa a NüN Teatro Bar «Las Medidas». Esta obra – con dramaturgia y dirección de Tomás Landa, protagonizada por Pascual Carcavallo y Rocío Hernández – nos introduce en el mundo de Mara y Pablo, una pareja decidida a encontrar nuevas formas de revitalizar su amor. Con una propuesta innovadora, incorporan a un tercer participante para avivar la llama entre ellos.
A horas del comienzo de la tercera temporada, desde El Walkman, charlamos con Pascual Carcavallo para conocer cuál es el secreto de la vigencia de «Las medidas». Enteráte todo lo que nos contó en esta nota.
Un estreno siempre trae consigo nervios. No importa de cuántas temporadas y funciones estemos hablando para Pascual Carcavallo uno nunca zafa de los nervios:
«Por más de que es la tercer temporada hay algo de esto que tiene el teatro que los nervios vienen igual, nunca zafás de ellos, por lo menos en mi experiencia. Este nuevo estreno me da la oportunidad de revisar el material, de encararlo desde otros ángulos. de desarmar y volver a armarlo por más de que ya hay una base bastante solida.» explicó el intérprete sobre cómo se prepara para el comienzo de la nueva temporada.
Siguiendo esta lógica de redescubrir el material desde nuevas ópticas al consultarle acerca de las cosas que fue descubriendo sobre su personaje a lo largo de las funciones Pascual explicó que lo quiere mucho aunque lo considere alguien con un montón de falencias sobre todo en el área de las herramientas emocionales:
«Lo que fui descubriendo de él es que su manera de vincularse es la manera en la que puede. Ama pero no sabe cómo expresarlo, no sabe qué hacer con ese amor, al punto de confundir el amor con otra cosa. Es un personaje que, a nivel emocional, es un librito abierto».

Al preguntarle al protagonista de esta historia sobre su primer encuentro con el texto, Pascual cuenta que está directamente relacionado con el origen de esta historia porque para él Tomás Landa, dramaturgo y director de la obra, es más que un amigo, es un hermano de la vida y justamente por ese vínculo que los une se animó a pedirle que escriba una obra de dos personajes.
Cuando recibió el material de la obra lo primero que hizo fue agradecer. Agradecer el hecho de que esté escrita la obra, que se hayan animado junto con Tomás a empezar una producción propia e independiente desde la voluntad y las ganas de trabajar juntos.
«Tomás tiene una pluma realmente maravillosa. Sabe como tomar temáticas universales de manera muy particular y con mucha profundidad sin ponerse solemne. Hay simpleza en su manera de escribir pero no por simple su escritura deja de ser profunda. Me encanta, la verdad que para mí es un dramaturgo que va a dar de que hablar».
Pascual Carcavallo sobre Tomás Landa
–¿Cuál me dirías que es el secreto para que esta obra este a punto de empezar una nueva temporada en el contexto cultural que estamos atravesando?
-Lo primero que me viene decirte es el amor que le pusimos entre todos al proyecto, la energía que genuinamente fluye entre los cuatro integrantes de «Las medidas» que somos los dos actores, Rocío Hernández (Mara) y yo, Tomás Landa y Tomás Pippo (productor). Encontramos en esta propuesta original algo que funciona, que es atractivo para el espectador que esta particularidad que tiene la obra en cada función donde Mara y Pablo se proponen traer a un tercero para hacer un trío o por lo menos intentarlo. Como esta tercera persona que se incluye en cada función es distinta, es un actor o actriz invitada que viene e improvisa la escena de llegada a la casa de ellos para ver si funciona esto de hacer un trío. El público respondió bien ante esta propuesta arriesgada y le generó interés de regresar para ver cómo funciona la situación con distintos invitados. Eso entre muchas otras cosas es por lo cual yo creo que a «Las medidas» le fue como le fue.
-¿Cómo surgió la idea de que el tercer personaje sea no solo una persona diferente en cada función sino que además su escena surja desde la improvisación?
-Esa idea viene de los típicos comentarios que uno tira entre amigos medio entre risas. «Che, ¿sí cae un tercero y eso lo improvisa y cada función es distinto?, «jajaja» , «sí, bueno dale. ahora hablemos en serio». Eso quedo ahí, se plantó como una semillita, fue macerando, con el tiempo empezamos a ver con buenos ojos la propuesta, nos empezó a interesar la idea, el riesgo y nos terminamos enamorando de la idea.
-¿Cómo vivís el momento en donde se acaba el texto de la obra y llega la hora de dar el salto sin red que supone la improvisación?
-Mientras estás en las escenas de texto digamos que te olvidás pero, en la escena previa a que suene el timbre y aparezca este personaje invitado te empezás a acordar. Realmente, ni Rochi ni yo sabemos absolutamente nada de la propuesta que va a entrar. Si sabemos quién viene, sabemos a que actor o actriz invitamos a esa función pero no sabemos que personaje entra. Es una dosis más del temor y del cagazo y de los nervios que te da hacer teatro en sí mismo, que a uno lo aterra pero lo elige constantemente y lo vuelve a elegir. Esto es como agregarle un poquito de kerosene a la fogata de los miedos y de los nervios.
De todas maneras hay una base sobre la que se trabaja. Los invitados improvisan sobre algo concreto, saben que esta pareja se lleva como se lleva y hace esto para tratar de salvar su presente. Tanto nosotros, como el personaje que entra conocemos esa base y es ahí donde podemos jugar. No está encausado que el trío tenga que funcionar o no. Hubo funciones donde nos fuimos a los besos al cuarto y hubo funciones en donde tuvimos que echar al invitado casi que a los gritos. Todo puede pasar eso también es lindo.
-Hablemos acerca del trabajo junto a Rocío (Hernández). ¿Qué es lo mejor del trabajo con ella en escena?
–Rochi es una actriz hipercompleta en un montón de sentidos, podría hablar horas de ella. Es un placer trabajar con alguien que tiene el mismo grado de profesionalidad y grado de frescura, digamos, nunca pierde el juego, nunca pierde la concentración. En escena es una de esas actrices que tienen verdad en todo lo que dicen y hacen y expresan. Eso para quien este trabajando, sobre todo ahora que es un mano a mano, se agradece mucho cuando de otro lado te responden siempre con verdad.
Somos como un grupo de amigos los que estamos adentro del proyecto. Entonces, se respira siempre buen clima, buen humor, buena onda, sinceridad. Es realmente muy grato trabajar con ella y con Pipo y con Landa también.
– ¿Quién de los dos se tienta más en escena?
-Uhh, qué buena pregunta. Ella se tienta más que yo sin dudas pero porque tiene más riesgo de tentarse porque hay momentos de mí personaje que son demasiado absurdos. Lo que propone mi personaje hace que sea difícil mantener esa conversación igual siempre en el ámbito profesional, nunca es chabacano. No está marcado que hay que reirse pero bueno hay veces que sucede.
En escena. Pascual Carcavallo y Rocío Hernández como Mara y Pablo. Cortesía Varas Otero
–¿Cómo se viven las funciones con la cercanía del público que un espacio como NüN propone?
–NÜN para mí es uno de los teatros más bellos de la ciudad sin dudas. Tiene esa intimidad con el espectador porque está muy cerca, lo cual hace que uno lo sienta como parte de la ecuación. La respuesta del público está más a mano también, eso es riesgoso pero lindo a nivel sonoro para el para el actor. Sentir al público casi que respirándote en la nuca, te obliga a estar más concentrado, más presente, más conectado. Es algo lindo para mí.
-¿Alguna vez te pasó que la cercanía y presencia del público te distrajo y llevó a preguntarte por qué no se ríe este que está en primera fila?
–¡Obviamente que sí! Sería mentiroso si te digo que me puedo abstraer cien porciento del público, creo que nunca nadie logra eso en su totalidad, no importa si lo tengas a un metro o a doscientos. Sin dudas que hay funciones en las que sentís que el público está vivo y hay otras en las que sentís que le tenés que pegar una sacudida.
–¿Cómo vivís la respuesta del público en el post función?
-Tenemos un buen vínculo con el público, tanto el que nos conoce como el que no, responde muy bien a la obra. El contar una historia con una dramaturgia de alto calibre hace que por lo general un gran porcentaje del público nos haga saber que le gustó tanto después de la función como a través de las redes.
Da gusto salir a saludar al público que se acerca. Más allá de que siempre la parte improvisada junto al invitado sea algo para comentar, tenemos la suerte de que la obra guste y por eso también estamos por arrancar la tercera temporada.
–¿Qué le dirías a quién todavía no vio la obra?
–Hay que apoyar al teatro independiente en estos momentos. Que se regale ir al NüN un jueves a la noche para cortar la semana y ver una obra hecha con mucho amor, donde realmente trabajamos mucho para que la gente la pase bien y se lleven un buen momento. También decirles que vengan con la seguridad de que no solo les va a gustar, sino que va a querer volver.
«LAS MEDIDAS» desde el jueves 6 de febrero a las 21 hs en NÜN TEATRO BAR – Juan Ramírez de Velasco 419, CABA. – adquirí tus entradas en la boletería del teatro o a través de Alternativa Teatral haciendo click acá
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