Escorpio: Una comedia anti romántica protagonizada por Miguel Ferrería y Sofía González Gil.

Los sábados de octubre a las 23 hs en el Teatro Picadero – Pje. Santos Discépolo 1857- se presenta “Escorpio”, la obra escrita y dirigida por Julieta Otero protagonizada por Sofía González Gil y Miguel Ferrería. 

Esta comedia anti romántica cuenta la historia de Marina, una  actriz escorpiana que lucha contra el aburrimiento sacando la basura de abajo de la alfombra Sebastián, su pareja, que está cansado de vivir entre escenas y actuar personajes para tener sexo.  Ella quiere escribir. Él quiere dejar de trabajar con su papá.

Escorpio nos propone un salto sin red a la búsqueda de la propia voz mientras que la convivencia diaria y el amor se vuelven un campo de batalla. Para conocer todos los secretos de esta puesta, charlamos con Miguel Ferrería, quien da vida a Sebastián en esta historia.


Lo de Escorpio y Miguel Ferrería fue amor a primera vista, o mejor dicho, a primera lectura. Él estaba haciendo temporada de Microteatro en Mar del Plata cuando Julieta Otero le acercó el material de la obra. Esa misma noche cuando llegó a su casa después de varias funciones postergó el descanso y leyó la obra. «Eran como las dos de la mañana cuando empecé a leerla y no pude parar hasta que la terminé. A la mañana siguiente le escribí a Juli y le dije: Che, me encanta. Quiero estar « – recordó el intérprete sobre su llegada a la obra.

Acerca de aquella primera lectura en medio de la madrugada, Miguel sostuvo que en la primera leída tiene que estar ese algo que te llame la atención, que te de ganas de hacerla , aunque después uno hará otras mil lecturas posibles del texto.

Julieta Otero junto a Miguel Ferrería y Sofía González Gil

-¿Qué sentís que fue lo que resonó con vos en esa primer lectura?

Creo que lo que más me llamó la atención eran las discusiones. Como se peleaba esta pareja. Sus discusiones tienen una forma muy alejada de las discusiones que yo podría tener en mi vida privada. Entonces esta posibilidad de jugar así como se hace en la obra donde las discusiones están cargadas de muchas cosas. Eso me atrajo de entrada.

-Tu personaje es el que recibe al público porque Sebastián está en escena mientras la gente va entrando a la sala. ¿Cómo transitás ese momento?

-Mirá, sinceramente siempre fue un momento donde no la paso muy bien porque veo a la gente entrar y trato de no mirar para no salir de la acción y el personaje. En El Picadero como nos entregan la sala 20 minutos antes de salir, me tomo esa media hora para meterme en el personaje. No miro a la gente que entra a la sala, me pongo la cuarta pared real y meterme en situación, cuando la gente entra yo estoy arreglando una lámpara. Siempre me costó mucho pero en este lugar donde estamos ahora agradezco ese espacio que tengo para convertirme en Sebastián.

En escena Miguel Ferrería | PH  Alejandro Palacios

A principio de año hicimos tres funciones en el CCK y ahí también era media hora, cuarenta minutos de la gente entrando. Ahí le pedí a Julieta entrar a la mitad, esperaba que la sala se vaya llenando y cuando ya había entrado bastante salía y estaba los últimos minutos en escena haciendo el arreglo.


Al momento de hablar acerca de los nervios en escena, Miguel afirma que más allá del rodaje que tiene Escorpio y la cantidad de funciones hechas los nervios siempre están. «Cuando tuvimos la función de reestreno hace dos semanas, no estaba nervioso, estaba más bien ansioso. En la función del sábado pasado sí estaba nervioso» cuenta y agrega que antes de arrancar la función le decía a Sofía: «No sé qué me pasa, tengo un nervio…» y ella le respondía «pero pará, la hicimos trescientas millones de veces» . «Depende del día de función pero los nervios están y para mí son una especie de motor esos nervios» reconoce.

Ya que la traés a Sofi a la conversación, ¿qué es lo más lindo de trabajar con ella?

Sofía como compañera es espectacular. Es una gran profesional hemos tenido temas que resolver en el momento y yo me doy cuenta como los resuelve y digo esta piba tiene una cancha, Por ejemplo, esto que hablábamos de la lámpara que arregla Sebastián, no quiero spoilear pero nos ha pasado en funciones que la lámpara no se arregle y ella lo resuelve de forma espectacular, digo esto como un ejemplo. Ella es una piba que siento que nació en el teatro, es hija de un director y una actriz, se le nota que el teatro es parte de ella. Tiene un profesionalismo zarpado. Además es muy buena amiga. La verdad estoy muy contento con el grupo que se armó, con Julieta Otero también pegué una onda espectacular. Es una copada, es muy exigente con el trabajo pero a la vez tiene una forma de laburar muy agradable, muy linda.



Hablando de las escenas compartidas, las que más disfruta Miguel son las de discusiones: «Las discusiones de los dos que empiezan in crescendo y terminan tirando palo y palo las disfruto mucho. Hay una que tiene mucho de físico y da la sensación de que en cualquier momento Marina y Sebastián se van a las manos. Nunca llegamos a tanto pero como te decía, las discusiones las disfruto mucho, me gusta discutir en escena» detalla

-¿Cómo vivís la respuesta del público?

El público siempre está ahí, su respuesta nos modifica. Uno no lo puede manejar, trata de abstraerse y hacer siempre la obra lo mejor que podamos. Si el público te acompaña de entrada sentís que es más fácil conectar. Esta obra tiene esto de que el público empieza a entender por dónde va en la segunda escena y ya en la tercera empiezan los cambios y empieza lo más histriónico y el publico termina estallando. En la función del sábado pasó eso, el publico estaba muy tranquilo y de repente terminó estallado en la segunda, la tercera escena. Está bueno ese cambio de la obra que hace que la gente la descubra escena a escena y vaya acompañando.

Mi personaje al principio está muy tranquilo, y el otro día post función dos personas me dijeron que pensaron que era el electricista de verdad. «Que era un técnico arreglando la lámpara antes de arrancar la función, después se dieron cuenta que no era un técnico pero que lo actuaba muy bien» me dijeron.


EL PASO DEL ESPACIO CALLEJÓN A EL PICADERO

Al consultarle sobre cómo se adaptaron al nuevo hogar de Escorpio y la nueva disposición escenográfica Ferrería explicó:

«La escenografía cambió, mutó toda. La casa que construimos ahora es cuatro metros más grande, dejó de tener techo y se abrieron las paredes. Todo lo que es lo espacial se modificó todo y eso nos modificó todo lo que son acciones. Ahora es mucho más complicado llegar hasta las patas del escenario. Nos sirvió mucho el ensayo previo tuvimos una semana de ensayar todos los días en la sala y eso fue clave».

Respecto a la disposición espacial del público expresó: «Es muy distinto cómo se siente a la gente en la sala. Acá siento al público más presente, la gente está más iluminada, mucho más presente que en el Callejón donde tenés la luz de frente y no ves al público, tenés una mancha oscura de frente y eso también cambia un poco».

-¿Cómo fue el proceso de armado de Sebastián? ¿Qué es lo más lindo de interpretarlo?

Él es muy diferente a mí. Yo me siento más identificado con Marina, con lo histriónico. En mi pareja soy como el más histriónico, el que está más arriba y acá tenía que construir todo lo contrario, un chabón más tranquilo, más meticuloso, mas ordenado todas cosas que yo no soy. Eso trato de tenerlo presente el es ordenado prolijo. Toda esa primera parte del personaje es lo que más me costó, cuando el empieza a liberarse, a mostrar su propio histrionismo ya me siento más cómodo, porque además me da la libertad de jugar como me salga.

Miguel Ferrería y Sofía González Gil en escena | PH Alejandro Palacios

-¿Qué representa el teatro para vos?

El teatro es gran parte de mi vida. Yo no soy de Buenos Aires, yo me vine acá a estudiar actuación sin conocer el mundo del teatro que había acá. Hace veinte años que estoy acá haciendo teatro y todos los años hice dos o tres obras. Todos los años actué casi todos los fines de semana; tuve un grupo de teatro con el que actuábamos en varieté o haciendo nuestras obras. Es mi vida el teatro, no sé decirlo de otra manera. Es tan necesario, me hace tan feliz que no lo puedo reemplazar con nada. No hay nada como el vivo, como estar en el escenario.

Deja un comentario

Sitio web creado por WordPress.com.

Subir ↑