Relatos Fugaces: «Una Visita Inesperada»



Oscuridad…

Oscuridad…

Oscuridad…

De pronto… ¡Luz! ¡Luz cada vez más fuerte!! -¡Llegue al cuerpo celeste! —pensé.

Fue un viaje bastante largo. Los especímenes anteriores casi rompen mi transporte. Estuve lejos de conseguir mi objetivo, pero luego de pasar por la gran llama encendida que me aviso que mi travesía estaba a punto de terminar, ¡Se veía una gran masa azul y verde!

¡Era más grande que cualquier otra de las que visite! ¡Qué extraño era verlo tan cerca! Rodeado de otro cuerpo blanco, que a diferencia del primero, se encuentra bastante deformado y por lo que veo, deshabitado. En fin, luego lo exploraré también, ¡se ve interesante!

Entre al espacio de mi destino, la oscuridad total fue remplazada por una inusual azul, surque el extraño lugar imaginando las cosas que me esperaban ahí, ¿asustado? Tal vez solo un poco.

Baje preocupado, No sabía con qué me iba a encontrar, lo primero que vislumbre fue un gran horizonte a lo alto, ¡no tenía principio ni final y estaba manchada con cuerpos blancos! Aún, en la cima de ese raro espectáculo se veía al gran cuerpo rojo llameante que ahora no era posible mirar directamente.

Me sentía raro al mirar hacia abajo, predominaba un color blanquecino en la superficie, de una especie de materia áspera y seca que solo transmitía calor, ¡Mucho calor! Dentro de ella se veían otros diminutos seres, que se trasladaban de lado, de un tono rojo intenso, como las lunas de Nexus. ¡Qué curiosos! quise tocar a uno, y me provoco un fuerte dolor con una de sus extremidades, este lugar es algo hostil…

A lo lejos sentí algo… ¡Figuras paradas en dos patas! Mi emoción era opacada por el miedo, no me acerque mucho. Todos se dirigían hacia el horizonte, donde se apreciaba un sin fin de líquido azulado, se perdían dentro de él, producían sonidos y movimientos extraños, me parecía lo más raro que había visto en mis 2737 años.

De golpe un ser se me acerco con cautela. Lo primero que pude ver era que no era como los demás, poseía pelo en todo su cuerpo, no caminaba erguido, sino en cuatro patas y no se comunicaba más que con una sola palabra— ¡GUAU! —me decía. Para mi sorpresa, todos los demás espectadores notaron mi presencia por aquel sonido que emitió, todos, absolutamente todos los presentes corrieron emitiendo un sonido parecido.

¿Será este ser el causante de su huida? Baje a examinarlo con detenimiento, la criatura no huyo, se acercó y con un cuerpo viscoso que salió de su interior de color rojo y húmedo, me toco mi extremidad superior, a la vez de que se movía con fuerza y seguía repitiendo su única expresión de comunicación. ¡Según mis datos es una muestra de afecto! ¡Es interesante! Evidentemente es esta la forma de vida que domina estos parajes, la única que frente a una nueva presencia no huyo, sino que ahuyento a esos tenebrosos seres. – ¡Gracias! —le dije mientras lo cargaba con cuidado y lo subí a mi transporte.

¡Mi viaje finaliza aquí, ya que pude encontrar lo que buscaba, espero pronto poder descifrar tu extraño lenguaje, vendrás conmigo a Kepler! le vas a encantar a Cherlim ! Hace tiempo que me pide una mascota…
¡Guau!

¡Guau!

¡Guau!

Se escuchó cada vez más bajo, cuando un haz de luz desaparecía tan rápido como había llegado…

—¿Martin… viste lo mismo que yo? —dijo Facundo tirando su palita de playa sobre el ya desarmado castillo.

—Era… era un marciano Facu, un marciano se llevó a ese perrito…

—¿Sabes que significa eso?

—Si…emm -Dijo Facu mientras miraba confundido a su amigo —Que hasta ellos adoptan (?

Los dos amigos rieron y saludaron a el punto blanco en el cielo, que cada vez se hacía más pequeño hasta desaparecer sin dejar rastro…
Como era de esperar ,nadie les creyó ,pero ninguno de los dos olvido jamás esa Visita inesperada..


«Contar sin decir” de esa consigna es que deriva este nuevo y mas pequeño relato que les comparto. El desafío de aquella vez en el taller de escritura era justamente, realizar una historia preferiblemente con narrador primera persona o testigo, en la que como limitante no podíamos mencionar el nombre de las cosas como tal, sino tratar de darlas a entender a través de su descripción o sensación para con el personaje.

Para esa época , al inicio del taller que fue cuando escribí dicha historia, la verdad es que lo poético o los pensamientos internos me costaban bastante transmitirlos a una hoja y en esos escasos quince minutos que tuvimos de tiempo límite, mientras que a mis compañeras les bajaron inspiraciones hermosas de relatos super profundos, a mí se me vino a la mente la historia de alguien que justamente no sabe del nombre de las cosas, ya que no es de este mundo.

Pero que con una fugaz visita inesperada, se lleva algo de lo mejorcito que tenemos en el, un nuevo y fiel amigo.


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